Viaje astral (audio)

domingo, 16 de diciembre de 2012

 
LAS FASES DEL SUEÑO
 
 
 
Cuando dormimos, recorremos una serie de fases durante todo nuestro descanso. La fase REM (Movimientos oculáres rápidos) y la fase NO REM (también llamada NREM). Dichas fases se van repitiendo en -aproximadamente- 4 o 5 ciclos.
 
 
 
 


 




SUEÑO NO REM O SUEÑO LENTO


Fase 1:
Adormecimiento
Es, evidentemente, la primera de las fases en las que entramos al irnos a dormir. Se trata de un periodo de adormecimiento en la cuál se produce una relajación muscular, y la respiración y las pulsaciones son lentas. Se pueden dar las
alucinaciones hipnagógicas (imagines muy claras y fugaces) y las descargas mioclónicas (sensación de caida normalmente en las extremidades).

 
Fase 2: Sueño ligero
En esta fase la actividad ocular está ausente. Finaliza el sueño ligero y se produce la entrada real al sueño.

 
Fase 3: Sueño profundo
Los músculos estan relajados, baja la temperatura y la presión sanguinea y solo es posible despertarse con un estimulo fuerte.

 
Fase 4: Sueño profundo e inconciente
Esta es la última fase del sueño no rem; la persona entra en un estado hipnogógico, donde su cuerpo se paraliza, y sólo funcionan los músculos de los ojos, el cerebro y la respiración.
En este estado, se experimenta la sensación de estar despierto y percibir sensaciones como si fuesen reales, cuando en realidad son producto de nuestra imaginación. Por lo tanto, si soñamos que nos hacemos daño con algo, percibimos el dolor como si fuese real. Muchas veces, al estar paralizados y despertarnos, durante unos instantes se tiene la sensación de que alguien nos impedía movernos o hablar, lo que se asocia a fenómenos paranormales.

 
SUEÑO REM O SUEÑO AGITADO

Fase 5

Esta fase es de las más interesantes puesto que en ella tenemos una relajación muscular casi total, y una actividad mental similar a la que tenemos cuando estamos despiertos. Por norma general, en esta fase es donde soñamos.
 


 
 


Aquí os dejo un video que nos explica las fases del sueño, es muy interesante, seguro que os gustará.



 
 
 


 







 
¿POR QUE DORMIMOS MAL?
 

Las principales disfunciones del sueño son las hipersomnias o dificultad para mantener una vigilia de calidad, las parasomnias, donde se englobarían trastornos como el sonambulismo o los terrores nocturnos, y el insomnio. Aproximadamente un 30 por ciento de la población española sufre insomnio. De este porcentaje, un 10 por ciento es de tipo crónico y el resto, transitorio. Segarra explica que es lo más importante es entender que el insomnio es siempre un síntoma. Entre los motivos que pueden provocarlo están las enfermedades psiquiátricas, como depresiones importantes, problemas de ansiedad generalizada, trastornos obsesivos compulsivos, etc.
Los estudios dicen que son en su mayoría las mujeres las que tienen más peligros de caer en él: "Perfeccionistas, sufridoras o incluso un tanto obsesivas", a lo que se suma una tensión somatizada durante el día que no se ha canalizado correctamente. En estos casos en los que el insomnio ya afecta a nuestra vida diaria, hay que tratarlo médicamente. Si es psicofisiológico, se combinan técnicas farmacológicas con otras no farmacológicas que engloban desde un control de estímulos a ejercicios de relajación
 
 
 PAUTAS A SEGUIR PARA DORMIR BIEN
 
 
COMPORTAMIENTOS QUE HAY QUE EVITAR

- ACOSTARSE antes de tener sueño
- Dormir LA SIESTA si se hace en la cama y resulta muy larga
- Tomar una cena acompañada de alcohol o NO CENAR nada. El ayuno no invita al sueño
- Calentarse el cuerpo mediante la práctica de un deporte con el pretexto de cansarse o darse un baño caliente, ya que el sueño sólo se establece cuando BAJA LA TEMPERATURA corporal.
- Tomar MEDICAMENTOS para dormir sin prescripción médica. Se desaconseja tomar de forma regular los que se venden libremente en la farmacia.
- Jugar
con EL SUEÑO o creer que nos lo podemos saltar.



 
COMPORTAMIENTOS QUE HAY QUE ADOPTAR
 
- Llevar un ritmo de VIDA REGULAR, levantarnos siempre a la misma hora aunque hayamos trasnochado la noche anterior.
- Comer a HORAS REGULARES
- Permanecer ACTIVO, sobretodo cuando se pasa de la vida activa a la jubilación
- No consumir BEBIDAS ESTIMULANTES
- RESPETAR los HÁBITOS a la hora de irse a la cama según el propio gusto
- Aprovechar EL SOL y LA LUZ DEL DÍA y dejar para la noche el sueño. Algunos expertos recomiendan acompasar el despertar con el amanecer, con la llegada de la luz del día. Un despertar tranquilo.
- Por último, y no por ello menos importante, ACEPTAR sin grandes dramas la idea de que una MALA NOCHE la puede tener cualquiera.
 

¿CÚANTAS HORAS DEBEMOS DORMIR CADA DÍA?

 
 
 
 Cada persona es un mundo con unas necesidades distintas. Por eso, es vital conocer tu cuerpo y tus necesidades para entender qué necesita y con cuántas horas tienes suficiente para recuperarte, pero según Segarra, el mínimo se sitúa entre cinco o seis horas diarias. Fuera de ahí se empiezan a sufrir trastornos. Por eso es tan importante detectar el problema a tiempo y poner soluciones.
Las consecuencias de dormir poco y mal son instantáneas. Una persona que duerme mal el lunes, se encontrará mal el martes, así de sencillo. Es decir, una persona que duerma poco de lunes a viernes no recuperará la falta de sueño el fin de semana. El sueño perdido no se recupera, o como máximo sólo en un 20-30 por ciento. Evidentemente, no es lo mismo si hablamos de dormir mal durante un par de días que de dos semanas.
Por ejemplo, Segarra apunta que pese a que los porcentajes de patología son muy parecidos en toda Europa, si nos comparamos con los países nórdicos, somos una sociedad privada de sueño.

A pesar de nuestra fama y la siesta, la realidad es que dormimos menos porque nos levantamos igual de temprano por la mañana y en cambio nos vamos a dormir más tarde. Como media, en España se duerme prácticamente una hora menos al día. "No tiene mucha importancia, pero seguramente nosotros tenemos tendencia a estar más fatigados o más inquietos de lo normal porque dormimos un poco menos. Y mucha gente toma cafés para sustituir al sueño", dice el doctor.

Ahora bien, si hablamos de un mal dormir prolongado es fácil que se multipliquen los trastornos. El tiempo que debe pasar para que una persona note alguna disfunción dependerá completamente de su físico y de la intensidad del insomnio. Cuánto más grave y crónico sea, más se notarán las consecuencias y nuestra calidad de vida se verá afectada. Los trastornos relacionados con el estado anímico son los que más quejan provocan entre los pacientes que acuden a la Unidad del Sueño del Instituto Dexeus: "La mayoría explica que aunque se encuentra mal, físicamente puede ir tirando, y que en cambio lo verdaderamente difícil de sobrellevar es la sensación de mal humor e irritabilidad. En segundo lugar, les preocupa que les cueste concentrarse y prestar atención en el trabajo".
 
 

sábado, 15 de diciembre de 2012

¿COMO CONTROLAR LOS SUEÑOS?
 
 
¿Nunca les ha pasado que mientras soñaban se daban cuenta de que estaban soñando? La mayoría de las personas han tenido alguna vez este tipo de experiencia espontáneamente, especialmente durante la niñez. Los sueños lúcidos son aquellos en los que el soñador cobra conciencia de estar soñando y a partir de esto interactúa (hasta el punto de tener el poder de manejar las cosas a su antojo) sabiendo que todo lo que percibe es parte de un sueño. Esto no solamente sucede, sino que es posible entrenarnos lograrlo.



I. Primer paso: Recordar los sueños

Hablando en términos generales, quienes quieren recordar sus sueños pueden hacerlo y aquellos que, por el contrario, no desean hacerlo, no suelen recordarlos. A ciertas personas les basta simplemente con tener la intención de recordar y con ser plenamente conscientes de esta intención antes de acostarse. Un modo eficaz de fortalecer esta decisión consiste en tener un diario de sueños sobre la mesa velador e ir anotando en él, apenas nos despertemos, todos los pormenores que podamos recordar de nuestro sueño. Cuantos más sueños apuntemos, más fácil nos será recordarlos. Por otra parte, la lectura de este diario puede procurarnos el beneficio adicional de ayudarnos a comprender la verdadera naturaleza de nuestros sueños y contribuir, de este modo, a reconocerlos con más facilidad en el mismo momento en que están aconteciendo.

Un método infalible para aumentar la capacidad de recordar los sueños consiste en habituarnos a preguntarnos «¿Qué es lo que he soñado?» cada vez que nos despertemos. Éste debería ser nuestro primer pensamiento cada vez que nos despertáramos, sin renunciar ante la primera tentativa sino permaneciendo totalmente inmóviles y concentrados, perseverando pacientemente en el intento hasta lograr recordar el sueño.

Como ocurre con cualquier otro proceso, el aprendizaje de la capacidad para recordar los sueños constituye un proceso, en ocasiones, lento. Debido a ello, es muy importante no desalentarnos en el caso de que las primeras tentativas no se vean coronadas por el éxito. A la larga, quien persiste en la práctica termina obteniendo resultados evidentes.

Es importante mejorar el recuerdo de los sueños porque es imposible tener un sueño lúcido sin recordarlo.


II. Segundo paso: Inducción al Sueño Lúcido
Hay muchísimas técnicas distintas para llegar a tener sueños lúcidos. La más frecuente (y única que trato aquí) consiste en comenzar teniendo un sueño común, darse cuenta por algún motivo que se está soñando, y a partir de ese momento entrar en estado de lucidez. Este tipo de experiencia se llama DILD (Dream Induced Lucid Dreams) justamente porque comienza en un sueño. Esta es la que la mayoría de la gente, sin entrenamiento alguno, logra al menos una vez en la vida espontáneamente.

Para inducirlos el primer paso es practicar el ejercicio de recordar los sueños al despertar (tal y como explicábamos en el anterior punto). Si nos levantamos apurados por entrar en nuestras obligaciones diarias, poco éxito podemos tener en lograr sueños lúcidos. Por eso conviene despertarse poco a poco, tratar de no abrir los ojos en seguida, recordar los sueños lo mejor que podamos, con todos los detalles posibles, y anotarlos.

En la noche, antes de dormir, conviene decirse - e incluso anotar - qué es lo que uno desea hacer cuando adquiera lucidez, e ir a dormir con la intención de lograrlo. Repítete con convicción “me daré cuenta de estar soñando”. El simple hecho de desearlo es suficiente como para proporcionarnos un punto de partida.

El siguiente paso es estar siempre atentos a las señales de los sueños mediante chequeos de realidad.

III. Tercer paso: Test de Realidad

En los sueños pasan cosas muy raras, cosas que por sentido común deberían delatarnos que estamos soñando. Pero a pesar de ello la mayoría de las veces somos incapaces de darnos cuenta. Tomamos todo como viene, creyendo que los acontecimientos más inverosímiles son verdaderos y al despertar nos preguntamos: “¿Como no me di cuenta de que era un sueño? ¡Era tan obvio!”

Si ante determinadas situaciones nos acostumbramos a preguntamos si estamos soñando durante el día -en la vigilia-, con el tiempo nuestro cerebro se programa también para hacerlo durante la noche -mientras efectivamente estamos soñando-. Varias veces al día conviene hacerse esta pregunta, entrenando al cerebro para hacerlo en todo momento.

El simple hecho de acostumbrarse a autoformularse esta pregunta es un paso elemental si se desea tener sueños lúcidos. La respuesta, cuando es negativa, suele ser automática: La realidad es contundente y cuando estamos en ella sabemos darnos cuenta con facilidad de que no es un sueño. Pero por el contrario, cuando estamos en el sueño no es tan automático. El hecho de dudar sobre la respuesta, nos da una pauta de que debe ser un sueño, porque en la realidad casi siempre nos damos cuenta en seguida de que no lo es. Podemos hacer entonces, para no tener ninguna duda, alguna de las siguientes pruebas:

* Intentar atravesarnos la palma de la mano con un dedo de la otra mano.
* Intentar volar.
* Mirar con detalle las cosas, especialmente los bordes. Si son borrosos se trata de un sueño.
* Mirar el reloj, o intentar leer algo. Si las letras y números cambian es un sueño.
* Encender una luz o activar un aparato y ver si reaccionan de forma extraña.
* Atravesar con nuestra mano una pared o cuerpo sólido.
* Movilizar objetos con la mente, o hacer aparecer algo.

Estas pruebas no sólo nos ayudan a determinar que estamos en estado de sueño y no de vigilia, sino que también sirven para “convencernos” de que estamos soñando y aumentar nuestra lucidez.

Es posible que le tome al menos una o dos semanas antes de tener su primer sueño lúcido, así que no se desespere. Recuerde también que su primer sueño lúcido probablemente sea muy corto y un tanto confuso. Eventualmente sus sueños lúcidos aumentarán en duración y frecuencia, al igual que se incrementará el control que usted tiene sobre los mismos.

IV. Cuarto paso: ¿Qué se puede hacer?

Una advertencia: Se deberá tener un propósito claro para los sueños lúcidos cuando se vaya a dormir. En otras palabras, cada noche se debe considerar qué se quiere hacer cuando se tenga un sueño lúcido, y seleccionar una cosa. En el mundo onírico las posibilidades son infinitas, pero aquí tienen varías ideas de lo que podrían intentar.

* Volar
* Atravesar muros o espejos
* Movilizar objetos con la mente
* Cambiar el entorno/paisaje
* Hacer aparecer/desaparecer gente y objetos
* Resolver problemas matemáticos simples
* Leer y recordar una vez despierto lo que se leyó
* Recordar durante el sueño algo que se propuso antes de dormirse
* Metamorfosear
* Tener sexo (difícil, pues la excitación provoca el despertar)

A veces, a pesar de ser conscientes de estar soñando seremos incapaces de manejarlo a nuestro antojo. En esos casos hay varias cosas que podemos hacer para aumentar nuestro control, como dar órdenes en voz alta (”¡Que esta persona desaparezca ya!” “¡Quiero volar!”) y sobretodo tener fe. Si estamos convencidos de que podemos hacer algo, podremos: “Este es mi sueño y yo tengo el control”.


Toda esta entrada esta sacada de un post que habla sobre los sueños lúcidos, creo que es muy interesante y una buena técnica para controlar nuestros sueños lúcidos, yo personalmente la voy a provar, nos dice que tarda un par de semanas, pero que al finalizar se obtiene los frutos.



¿PORQUE OLVIDAMOS LOS SUEÑOS?
 
 
Nuestros cerebros tiene mecanismos que hace que se nos olviden nuestros sueños pronto después de despertarnos, pues se desactivan los centros cerebrales asociados al sueño y se activan las estructuras cerebrales que usamos en nuestro dia dia para pensar, sentir y movernos en el mundo. También se entiende que “borramos” nuestros sueños para que el material de nuestros sueños no se filtre a nuestra realidad consensual. ¿Alguna vez te has preguntado si lo que acabas de recordar fue algo que te pasó o fue un sueño? Para que no pase ésto constantemente olvidamos nuestros sueños.
 
Según los especialistas, es posible recordar los sueños si despertamos en el momento adecuado.
Por ejemplo, si despertamos bruscamente cuando esté finalizada una fase REM recordaremos casi perfectamente el sueño. Éste es una conversación con nosotros mismos en la que el inconsciente nos enfrenta a problemas, necesidades,.. que nos implican directamente y lo hace en un lenguaje propio, muy simbólico; aunque algunos símbolos en el sueño sean fácilmente traducibles, otros sólo pueden ser interpretados por el propio soñador.

"SIN DORMIR NO PODRIAMOS VIVIR"
 
 

¿POR QUE ES TAN IMPORTANTE EL SUEÑO Y SOÑAR?
 

Algunas personas dicen que nunca sueñan. Ésto es falso. Simplemente es que no recuerdan sus sueños. Todos soñamos, pues el estado del cerebro asociado con los sueños es necesario para seguir viviendo.

 Todos sabemos (o intuimos) que el sueño es de suma importancia para la vida de cualquier ser humano. A través de éste se recuperan energías y, además, es el momento en que se procesa toda la información recopilada durante el día.
 La noche es el período del día en que cuerpo y mente se regeneran. Por eso, al sueño hay que dedicarle el tiempo necesario.
Irritabilidad, falta de concentración, de memoria e incluso depresión son algunas de las consecuencias de no hacerlo.
 
Dormir es la actividad a la que más tiempo dedicamos a lo largo de nuestras vidas.
El cerebro no para nunca de trabajar. Ni siquiera mientras dormimos.
Normalmente dormimos unas 8 horas diarias, esto quiere decir que pasamos durmiendo una tercera parte de nuestra vida... así es, que cuando tengas 60 años habrás perdido unos 20 años durmiendo......increíble, no? Aunque parezca una paradoja, ese tiempo perdido es imprescindible para recuperarnos del desgaste producido.
 
El acto de soñar constituye un estado fisiológico por medio del cuál se eliminan o destruyen toxinas acumulativas por la fatiga y el trabajo excesivo de los tejidos nerviosos. Durante éste se observa que el tejido muscular se relaja. La sensibilidad disminuye, el ritmo de la circulación y de la respiración son más pausados y las reacciones químicas del organismo son mas débiles.
 

Para S. Freud el sueño es el resultado de nuestras propia actividad anímica, representado por imágenes visuales surgidas por representaciones involuntarias y por imágenes auditivas proyectadas en su espacio exterior.